sábado, 1 de febrero de 2014

Mi cuerpo se adapta al calor de forma camaleónica.

Besa, y cuando lo hace mi mente abandona mi cuerpo y le cede el protagonismo. Me besa la espalda y me roza con el pelo de su barba, se juntan los mechones que me caen cruzando el cuello con sus ganas que van subiendo desde el culo hasta la tensión más alta. 
Muerde, y cuando lo hace mis gemidos abandonan mi cuerpo y le roban la cabeza. Me muerde todo el cuerpo y me roza con los dientes, se juntan los jadeos que me caen cruzando el cielo con sus colmillos que van clavándome el deseo hasta la pasión más alta.